Fría es la voz del amigo que desconfía, que subestima.
Entonces soy yo más indiferente, no lo soy, ya no soy, convenciéndome, recordándole a esos ojos cristalinos por unas gotas de miseria, que no importa lo que aquella voz y todas… digan o callen. El sueño que permite sobrellevar los días de la vida, y de una muerte que espera paciente se ve atacado por la desconfianza de los no románticos, de los de poca fe…, recuerdo que poco creo en el hombre, pero mucho en lo mágico y noble, siento muy en el fondo que nada es real, y luego sufro, concibiendo precisamente, que real es todo lo que necesitamos que así sea. Todos necesitamos llorar de vez en cuando, descargar el humo que nos asfixia… aliviar el dolor que acalla lo bueno que todos poseemos.

Ingenua me llamas, y te escucho decir que la gente es mala y que no se puede creer, al menos, que no se debe, es en esas palabras donde encuentro que me hundo y grito desesperadamente, lloro, vuelvo y me ahogo, lanzando las manos buscando ayuda, paso cada momento, nada llega, nadie llega, sintiendo vergüenza porque en algún momento de mi vida he dicho que no me interesa ser salvada, y en otro he dicho que todos queremos serlo, puedo hacerlo yo misma, por algún motivo no quiero, soy amante de la decadencia emocional, del sufrimiento auto infligido, sin llegar a la autodestrucción, sigo repitiendo, repitiendo que la tranquilidad está en la soledad, que mi fe es transitoria y que mi libertad está en el alma, un alma solitaria y vagabunda, volando cada día y cada noche como un trozo de papel. Y me siento feliz cuando llueve, cuando lloro al escribir, al sentir que conozco algo de mi misma y que no importa que tan mal haya sido el transcurso del día, esto es mío, y me pertenezco solo cuando escribo. Feliz cuando me hago la idea de que alguien lee, y de que en algún lado del universo o más allá alguien me entiende, y quizás llore viendo la penumbra.
No bella mujer, no quiero que sientas lastima, me gustaría dulcificar, a quien sea que quiera serlo, porque llorar no es malo como muchos pretenden hacernos creer, lloramos por la familia, mientras les vemos partir, al recordar que ya se ha ido, que estamos muriendo, que la vejez nos está gastando. Sabes que lloro por la desdicha que me causa saberme otra, en esencia, solo en momentos como estos lloro porque me siento encontrada, los demás, lloro porque desaparezco por días y meses, por la impotencia de que esta vida no es la única, y aun así, estoy atorada acá.


Ahdee