Señora,
amor es violento
y cuando nos transfigura
nos enciende el pensamiento
la locura.
No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos,
son de guerra mis abrazos,
son de incendio mis besos.
Sería vano intento,
el tornar mi mente oscura
si me enciende el pensamiento
la locura.
Clara está la mente mia,
de llamas de amor señora,
como la tienda del día
o el palacio de la aurora
y al perfume de tu unguento
te persigue mi ventura
y me enciende el pensamiento
la locura.
Señora,
amor es violento,
y cuando nos transfigura,
nos enciende el pensamiento
la locura.
Mi gozo, tu paladar,
un rico panal conceptua
como en el santo cantar
me enciende a la locura
La delicia de tu aliento
en tan frio abrazo, apura
y me enciende el pensamiento
la locura.
Enrique Bunbury