21

21 años y no siento la indiferencia ante un mundo impávido e impaciente. Deduzco que mucha es la expectativa confiada sobre este cuerpo que en muchas noches le enciende el pensamiento la locura, y me corresponde informar que como producto de dicha esperanza se manifestaran incontables desilusiones. Lamento como reacciono, con sutil pereza ante tales deseos y anhelos, y es muy dentro de mi, que en días como este logro mejorar, tal vez mi persona, tal vez la del otro; es con firmeza que cualquier día, cada día, soy el orgullo de una mujer que encuentra sentido a su vida cuando con palabras llenas de orgullo me llama "hija", es que en este mundo frío y violento, alguien me ama incondicionalmente, y que en mis defectos encuentra una aproximación a lo divino. Tengo 21 años y he aprendido amar de la forma más pura y debida que pueda existir, es lo único que puedo ofrecer, triste es quizás que solo puedo brindárselo a una persona, sobre la que mi universo ha de girar, lamentable es no lograr madurar lo suficiente como para extender ese horizonte llamado amor, por lo que hoy en día mi corazón está colmado con la presencia de quien presumo en llamar madre.


a.b.v.n