Siendo solamente una chiquilla, buscó a la orilla del mar, que bordeaba su casa en el desolado pueblo pesquero de Costa del Mar, caracoles, los más exóticos jamás vistos, caracoles rojos como la sangre de guerreros o azules como el cielo sagaz en pleno verano, y fue allí donde encontró una pulsera engalanada con piedras preciosas, de aspecto, para ella, incomparable, el cual, descubrió, años después, se trataba de una pulsera proveniente de la cultura marroquí.
Extasiada por su hallazgo corrió al pequeño muelle allí ubicado, a los brazos de su abuelo, Don Marino, y mostrando la pulsera con gran ilusión le dijo: Pama, Pama, no es bella? a mamá le va a gustar mucho verdad???!!
Y su abuelo, con gran tristeza en los ojos, pero con una sonrisa que le disimulaba, le contestó: Claro mi niña, tu madre se pondrá muy feliz.
abvn
No comments:
Post a Comment