Nunca te has preguntado si la vida de un persona que parece ser idónea, casi perfecta, es realmente lo que aparenta ser?
A veces, muchas, nos disfrazamos, es levantarse, y decirse a sí mismo, mi vida es todo lo que he deseado que sea, y repitiendo eso, llega el momento en que creemos que es cierto, y si nos tomamos la molestia de engañarnos de esa forma, lo más probable es que logremos engañar al resto.
Siempre tengo que esperar que llegue mi cumpleaños para saberme que no recuerdo la última vez que conocí una felicidad plena, genuina, pura, algo que no tenga nada que ver con pasar un buen rato con los amigos, una felicidad que no se relacione con la adquisición de algo que ansiaba tener, algo no relacionado con una satisfacción, de esas, que enorgullecen el ego, más atentan contra la humildad, no lo recuerdo.
Es como esa felicidad de cuando eres niño y te compran algodón de azúcar, ese helado que tanto ansiabas, esa fiesta de cumpleaños que solamente los niños conocen, pero entonces, esa felicidad va transformándose mientras vamos creciendo, no necesariamente madurando, y todo se ajusta a una necesidad personal, a algo que la mente y el cuerpo grita por alcanzar, sea banal o no.
Es una felicidad mental, que es infiel y traicionera, que te abandona cuando + le necesitas.
La que buscas con desesperación cuando te sientes insuficiente, no merecedor de todos y todo lo que tienes a tu alrededor, la que necesitas cuando tus sueños, esperanzas y esfuerzos se van al piso, cuando no te quieres levantar de tu cama y buscas los audífonos y un ipod para no oír, muchos menos escuchar, al resto pelear, discutir constantemente, y lloras porque sabes que te comportas como un insensible, ...inhumano, y solo puedes pensar en lo cansado que estas de lo mismo, y lo que te duelen las palabras que brotan de la única persona que tienes en el mundo, y sabes que hay alguien perdiendo la razón y probablemente eres tu.
Es el tipo de felicidad que solo la paz te puede brindar, y no la tienes, porque quizás alguien + la necesita + que tu; que paz puedes tener, cuando no tienes paz interna, espiritual?
Y las expresiones vocalizadas son sobrestimadas, si valen, si hieren, si se recuerdan, cuando dicen: no es lo que dices, es lo que haces. Es en realidad: es lo que dices lo que moviliza lo que haces, es lo que callas lo que rompe el silencio del alma.
El mañana está vivo en este instante, y que importa lo que se diga? cuando en realidad habrán siempre días bajos, en los que querrás correr, lo que se puede hacer es esperar ... que llegue un día en que se pueda vencer, llegar al próximo amanecer con la certeza de que será mejor, y poder levantarte de la cama y enfrentar las cosas como son.
Sin fe no se puede vivir, y hay días en que ella no se presenta al trabajo, no entra por la persiana a tu habitación, y anda fugitiva,... esos son los peores días.
a.b.v.n
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