Thursday, January 01, 2009

Mi primer sueño del año.-

Aquel viejo resignado en su mecedor,

anidando vidas sentado en su galería,

la de piso de tierra sobre la que Dios lanza lágrimas de seda,

Con poca o ninguna frecuencia,

él huele lluvia,

lejana, continua, aguda,

que azota la ciudad sin clemencia, sin cordura,

Y a las ocho de la mañana su mujer huele el ron de caña que en la noche le robará el alma,

Ella le mira paciente, sin decirle que desde hace años, no le ama, no le teme,

Con el rabillo del ojo, siente el peso de un amor inexistente,

por el candor de los años,

calor seguro cada noche, pasaron cincuenta agostos,

sufrieron la indiferencia de veinticinco septiembres,

diez nacimientos,

cuatro duelos,

ocho traiciones,

hambre, temor, dolor, amor, frío y calor,

durantes esos veinticinco doce meses,

con la intuición de un caballo veinticinco septiembres desgastados.



Por quince años he pasado por campos,

grama de Higueral mis dedos han despeinado,

rieles de ferrocarril condescendieron mis ansiedades,

apoyaron mis pisadas inseguras, solas y diurnas,

y árboles conocieron las suelas de mis zapatos,

sus ramas fueron extensión de mis brazos,

tan gentiles que ni un rasguño ocasionaron;

en grama de Higueral caminé a paso de caballos,

les guié, me guiaron, les he montado,

por quince años, y no guardé el recuerdo de ninguno de quienes me acompañaron,

les digo que no todos huelen igual, eso es un mito urbano,

de pelajes lindos, largos, cortos, negros y blancos,

con la intuición de Dioses dominaban el paso,

me trataban con apego,

con la intuición de Dioses, de lejos,

sabían me ganaría el afecto;

con la yema de mis dedos, los que despeinaban la grama,

les tocaba con profundo respeto.



Confieso que en estos días ya no lloro por falta de afición,

Y que como reloj perfecto lloro cuando presiento la llegada de los días en que mis hormonas juegan con mis sentimientos,

solo lloro el día que será el primero,

Pero siempre he llorado cuando veo un animal sufriendo,

Desmorono al ver un caballo relegado ante el maltrato del carretero,

Y la indiferencia de aquellos que se pasean en carrozas,

Por calles vastas o angostas,

Que no les tocan, no les aman,

Y entre quien le explota y quien goza,

no se distinguir el verdadero o peor villano de esas historias.



En mi primer sueño del año,

cientos de caballos,

esos que me querían con tan solo escuchar mis pasos,

me rodean esperando que les toque, o les hable,

y se, se, se,

el motivo de la visita, en mi primer sueño del año,

les he fallado,

porque como con intuición de caballo,

evidencié cada temor, entendido como infundado,

confieso entonces que he fallado,

al esperar comprobar, lo que dijeron sus pasos,

lo que supe al escuchar sus pasos;

y con las yemas de mis dedos ultrajé la virtud del toque de mis manos,

las bendecidas por árboles, caballos, mi madre y un santo,

con la intuición a un lado, quise lanzarle color a estrellas apagadas,

blancas y amarillas,

y en el primer sueño del año, ellos me han dicho que mi decisión de querer querer,

de poder querer,

ha sido errada,

y que eso ya lo sé,

Que como toda mujer de este mundo, me propuse lo correcto,

En tiempo, espacio inoportuno,

Como toda mujer, fallé al traicionar mi intuición,

En mi primer sueño del año, dándole voz,

Acepto mi equivocación.



Por mi primer sueño del año prometo siempre tener presente que tengo la intuición de un caballo.



a.b.v.n.

2 comments:

Anonymous said...

si se te olvida, te olvidas de ti no hay lentil por medio, ni a lo menos el intento de una excusa.

w. (for all)

"como diría trent: only".

Delilah Tiamat Thuban said...

arriba y el opuesto, y me paro en el medio olvidándolo todo, pero vengo, te leo y es como la visita de un técnico: me recuerdas todo lo que anda mal, pero no me ofreces soluciones, vete a trabajar a claro hjelgp coño:S

(}) (K)