Palabras simples, quizás repetitivas, pero precisas y contundentes, cuando la necesidad ocasionada por la ansiedad que solamente un ser puede causar en un alma nos embriaga y es hasta allí y un poco más hacia donde nos arrastra. Todos queremos más, ser más amados, más necesitados, más valorados, más recordados...adorados, de una manera casi suprema, del modo al cual nos rehusamos a mostrarnos, tal cual como tememos sentir por otro, siempre es mejor recibir toda esa adoración que brindarla, porque seríamos los vulnerables de la historia.

Tantos años de quejadumbre, y es luego de una señalización que se esclarece, a veces correr ante los temores es como caminar hacia atrás, y es que el cuidado dedicado, casi obsesivo, estar en el lado seguro de la calle, es estar del lado más oscuro, quizás estalló una bombilla, quizás ocurra un atentado, es egoísmo, disfrazado de causa noble. Y entonces llega, quemándose, quemándonos, y deja de importar el estar en lo correcto o no, ni decir las palabras adecuadas, llega lo cursi, casi de novela, como aquello de que el mar necesita la arena, probablemente es lo contrario, y es entonces parecido a aquel par de zapatos viejos y gastados, pero cómodos, que no somos capaces de botar o lanzar al olvido, los queremos, los necesitamos, y se nos olvidan las aberturas en la suela, o a los lados, o el sucio que pueden traer encima.
Entonces a pesar de lo perfecto que se vea o se sienta el mundo en ese momento, deja de importar, y es aún más impresionante la perfecta sensación de quedarnos plasmados en las cicatrices que cargas, porque añoramos curarlas, y salvarle del sufrimiento a ese alguien, el resto pueden tenerlo todo…siempre que te tenga aquí, tendré más que ellos, siempre. Sé lo bello que vuelves todo, me vuelves, vez? ya ha dejado de importar lo cursi.
No hay mejor público que tu presencia absoluta y embriagante, no hay lugar mejor en el mundo que el sitio donde puedo compartir el mismo aire contigo, y no importan los metros, deja de importar mi estado de animo y ya solo importa el tuyo, porque ya eres la causa en la que creo, y tengo fe en todo lo que no tenga sentido, esto no tiene sentido. Y mientras todos buscan una sonrisa, yo busco tu seño fruncido, si lo encuentro puedo hacer el intento de entenderte, si lo veo, siempre trataré de suavizarte la expresión.
Y en el momento en que todos se embarquen en un viaje, disfrutando las olas del mar, yo estaré feliz de estar varada en la tierra junto a ti, seamos o no encontrados, no hay otro lugar en el mundo donde desee estar y es que he perdido mis ilusiones en tus palabras, todas ellas bellas, lo sé y lo sabes,...ya no hay confusión, se la he dejado al resto del mundo, sin temor me he lanzado a lo desconocido, lo hago mientras sostengo tu mano.
Todo lo que tocas es bello, sostén mis manos siempre.


a.b.v.n